El batch cooking o cocción por lotes, es el proceso de preparar a la vez varias recetas, combinarlas entre ellas para que den más de sí y almacenarlas correctamente para consumirlas en los siguientes días. Técnicamente, el batch cooking no contempla el congelado de los alimentos sino que apuesta más por conservarlos en nevera pero también puedes utilizar esta opción, especialmente si piensas consumirlo a largo plazo y no en un plazo de 3 días. Es indispensable tener buenos recipientes y utensilios para poner en práctica el batch cooking.
CÓMO INICIARSE EN EL BATCH COOKING:
El batch cooking trata de simplificarte la vida con lo que puedes ponerlo en práctica con tus menús semanales de siempre.
Recopilación. Comienza escribiendo en un papel cuáles son tus platos más habituales para comprobar qué elaboraciones tienen en común. De esta manera preparando una podrás aprovecharla para varios días.
Planificar. Imprescindible para que te salga de 10. Puedes hacerlo en pequeños ratos, por ejemplo el viernes pon por escrito los menús de la semana siguiente. Haz la lista de la compra y acércate al súper el sábado. Y el domingo lo tendrás todo listo para ponerte con ello.
Envases adecuados. Una vez cocinados puedes guardar los alimentos por raciones para cogerlos directamente de la nevera cuando toque. Necesitarás táperes individuales herméticos, fiambreras con compartimentos para la oficina y bolsas zip, muy prácticas porque ocupan menos, especialmente en el congelador.
Optimizar tus recursos. Si vas a cocer, pon a calentar agua mientras cortas los ingredientes. Utiliza varios fogones a la vez para ir el doble o triple de rápido. Utiliza la rejilla y las bandejas de horno para hacer varias elaboraciones a la vez. Los recipientes de silicona para el microondas también son muy útiles.
Pensar a lo grande. Las piezas enteras salen mejor de precio y dan más de sí (incluso si las compras ya deshuesadas como el pollo). Si te lías a hacer salsa de tomate aumenta las cantidades y tendrás para varias semanas ya que puedes congelarla sin problema.
Prepara las bases. Arroz, pasta, legumbres y sofrito son la base de muchos platos. Cuece el arroz blanco y guárdalo en la nevera para cuando te haga falta. Por ejemplo, el lunes para hacerlo a la cubana y el miércoles para ensalada de arroz.
Refrigerar. Deja que se enfríe antes de meter en la nevera. Si lo haces en bolsas zip, extrae bien el aire antes de cerrarla.
Congelar. Aunque congeles los alimentos, sé consciente de que así también tiene una caducidad con lo que procura utilizarlo antes de 3 meses. Al descongelarlo hazlo con tiempo suficiente para no romper la cadena de frío. Los moldes de aluminio te vendrán genial para la pasta a la boloñesa ya que puedes gratinarlos tranquilamente sin sacarlos de su recipiente.
TIPS:
Guisos y cremas son muy agradecidos y te permitirán comer caliente y de cuchara siempre que quieras.
El caldo casero está riquísimo pero lleva tiempo. Haz más y congélalo en recipientes de un litro para aprovecharlo para otras semanas. También puedes congelar las cremas y purés que no lleven demasiada patata (ya que no congela bien).
Verduras, pasta, arroz, atún y pollo son unos básicos de lo más versátiles. Tenlos siempre en tu despensa.
¿Te has fijado en que canelones, lasaña y empanadillas llevan la misma base? Tenla a mano en la nevera y dale un giro a tus platos.
Croquetas, albóndigas, quiches, revueltos y tortillas son perfectas para casi cualquier relleno.
Pollo y carne combinan con todo. La tradicional ropa vieja cubana es otro de los platos a los que puede aplicarse esta filosofía.
Separar por raciones alimentos básicos como pasta, quinoa o arroz y congelarlos en recipientes pequeños te permitirá improvisar un plato caliente en un pispás.
Especias y hierbas aromáticas te permiten transformar los platos de forma sencilla. Entre un arroz con tomate y uno al estilo oriental solo cambia la salsa.
Puedes dejar preparadas las vinagretas y otros aliños pero consérvalas en botellitas o recipientes de cristal hasta el último momento. La comida se conservará mejor y no se reblandecerá.
¿Te encanta el bizcocho? Haz dos y mientras meriendas uno, corta el otro y congélalo en bolsitas zip. Sácalo con poco tiempo de antelación porque descongela enseguida. ¡Merienda casera al instante!
Ahora que ya sabes lo que es el batch cooking, te enseñamos unas cuantas recetas que esperamos que os gusten:
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